viernes, 9 de junio de 2017

Mujeres venenosas, voluptuosas y sagradas (1): morir erotizado

Nada mas excelso para un Dios que morir confrontado por el reto de la vida... y una mujer desnuda.


 Usar a los Dioses para proyectar los propios deseos de la libido es tan antiguo, tan actual y tan subconsciente, como la historia de las religiones. En esta representación, el viejo Dios Itzamná está muriendo, en uno de los extremos del vaso.  Le acompañan en su lecho de muerte cuatro mujeres. Dos de ellas compungidas por la muerte que se acerca. La tercera y cuarta, observan, con reproche y asombro, la presencia retadora de dos doncellas desnudas y montadas en ciervos salvajes.



La doncella principal, la que monta al ciervo gustoso, la que muestra sus pechos sin rubor, esa, la que dirige su vista al cielo, o a los labios del que bebe, esa es la doncella que encabeza el reto primordial de esta confrontación, de la muerte con la vida. 

Esta no es solo una escena contrastante: lúgubre y erótica. Es la energía de la vida que no puede dejar vencer a la muerte y la tristeza. Es el claro mensaje del erotismo como el polo opuesto de la muerte. Es la contraposición de la decrepitud y la muerte contra la femineidad y la lozanía, que han hecho al mundo girar por la eternidad, hasta que acabemos con el - si, así como los mayas del siglo IX lo resintieron por vez primera. 

Si, la misma fuerza que acaba con Itzamná, es la misma que combaten día a día la desnudez y el erotismo.

Seguramente habrá otras interpretaciones históricamente mas precisas y fidedignas que la mía. A mi me interesa lo que me dicen hoy el arte Maya. A mi me interesa el lenguaje actual que los mayas me hablan, desde hace mas de 2000 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario